Nuestros padres y abuelos nos enseñaron la tradición y el cariño hacia las tierras que hemos trabajado durante generaciones, y esto supuso nuestro punto de partida: ante todo, lo primero que debemos cuidar y respetar es nuestra propia dehesa como siempre hemos hecho.
Y las nuevas tecnologías hicieron el resto: reforestando terrenos baldíos, evitando el despilfarro de agua y alimentos, introduciendo nuevas técnicas de cultivo y manejo del terreno, apostando por las razas y variedades tradicionales, aprovechando al máximo las posibilidades de nuestra tierra sin excedernos, manteniendo sus propios ritmos.
Creemos que ésta es la clave. Cada día vemos retornar especies de plantas o animales silvestres que se creían perdidas, vemos recuperarse al bosque mediterráneo, y vemos a nuestro ganado crecer. Con la antigua sabiduría y las posibilidades de las nuevas tecnologías, hacemos que esos conceptos enfrentados de economía y naturaleza convivan y prosperen